lunes, 19 de julio de 2010

Liguetes y novietes: El del beso ausente

Quién no ha tenido alguna vez un sueño en el que aparecía esa persona de la que te habías enganchado y en tus sueños se podía hacer realidad lo que estas deseando.

Cuando se tienen 16 años y te enamoras de alguien en la distancia, deseas que en algún momento esa persona se fije en ti, que por un momento fije sus ojos en los tuyos.

Conocí ese amor, el primero realmente cuando tenía 16 años, tenía moto y me encantaba el olor a gasolina del que iba impregnado. Apenas le conocía, iba con la panda del hermano de mi mejor amiga, así que tenía oportunidad de poder acercarme a saludar y tontear un poco.

Era tal el deseo que me provocaba que un día soñé con él, no voy a contar mi sueño, pero todos podéis imaginar lo bien que me lo pasé y al día siguiente deseaba encontrármelo y revivir ese maravilloso sueño.

Cada tarde íbamos a una tiendecilla donde vendían chuches, y voila, según salía de la tienda mi amor de ensueño entraba por la puerta, no sé de donde saqué el valor, pero no pude contenerme y le saludé con una gran sonrisa y sin cortarme le solté: “ ¿sabes?, hoy he soñado contigo”. Fue un segundo, pero en ese mismo momento fijó sus chisposos ojos en mí, soltó una carcajada y se marchó, no me sentí estúpida, me sentí bien, porque su mirada fue divertida.

A partir de ese momento me lo encontraba más a menudo, y poco a poco charlábamos, salíamos juntos con la panda y la cosa fue mejor de lo que me hubiera imaginado.

Lo mejor de esas tardes era cuando me llevaba en su moto y podía agarrarme a su cuerpo, y olerle, mirar sus ojos y oír su risa contagiosa mientras mirábamos como pasaban los trenes.

Quise más y un día le pregunté si le gustaba, el me dijo que sí, que era fantástica y muy divertida y que deseaba besarme, pero… oh, siempre hay un pero.

El pensaba que yo era muy cría y que antes de salir conmigo y besarme, debía salir con otros chicos, cuando lo hubiera hecho, saldríamos juntos.

¿Os han echado alguna vez un cubo de agua fría encima? Pues ya sabéis como me sentí, me quedé destrozada, quería morir. Solo quería que me besara, solo un beso, pero ni eso pude sentir.

Con el tiempo salí con chicos, él se echó novia y seguimos viéndonos en las vacaciones, en los garitos, nos saludábamos, me preguntaba si tenía novio, pero siempre estaba ocupada y él también.
Nunca me besó, pero siempre desearé ese beso.