domingo, 28 de febrero de 2010
24 horas
domingo, 14 de febrero de 2010
Tren litera a Barcelona
Hoy hace un año que estuvimos en Barcelona.
Para ahorrarnos unas pelillas fuimos la noche del viernes en tren litera. Hace años viajé en litera a Santander y lo recordaba como algo romántico ya que fuimos solos en el camarote, dormí como un lirón y claro tenía unos años menos.
Pensé que con los años todo evoluciona, y como no, pensaba que los trenes litera no se estancarían. Ay madree! si que se han estancado.
El tren tenía prevista la salida a las 22:30 de la noche y llegamos con ilusión y puntualidad para ver que litera nos había tocado. Lo primero que vimos fue que todas las literas estaban preparadas, algo que me extrañó ya que recordaba haberme sentado en un asiento antes de dormir, pero bueno, lo achaqué a que lo mismo están preparadas para que tu elijas donde quieres dormir... que ilusa..
Decidimos, si no venía nadie, dormir en la parte de abajo y salimos a el estrecho pasillo a esperar.
En el vagón solo estábamos nosotros, y nos regocijamos pensando en el viaje tranquilo que íbamos a tener.... ay madre! ¿que es ese gentío que viene hacia aquí?... un grupo de adolescentes, mochileros... imposible que pasen de largo, estamos en el último vagón.
Nuestros ojos se abrieron y nuestras bocas exclamaron ¡jué ya nos parecía que estaba todo muy preparado, se va a llenar el vagón!! y nuestro camarote!!! y ahora ¿donde dormimos?¿ arriba?¿ abajo?.
Los adolescentes debido a su condición hormonal no paraban de reír, gritar, iban de un lado a otro, detrás de su monitor, iban, volvían, volvían, iban por ese pasillo estrecho y cada vez que pasaban o entrabas en el camarote o te ibas a pegar todo lo que podías a la ventana.
Dos chicas de unos 18 años dicen que les ha tocado nuestro camarote, pero que si no nos importa irnos a otro que son 6 y quieren estar juntas. No, claro que no nos importa, total, ya estamos digiriendo la que nos espera.
Nos cambiamos a un camarote con 4 adolescentes agotadas, un poco más lejos de donde está el grupo líder, si, ese grupo que las arma bien armadas, desde luego tuvimos hasta suerte.
El tren arranca y nos disponemos a subir a la parte de arriba. O es mi imaginación, o he engordado o el techo es muy bajo, pero la sensación es claustofóbica, el camastro duro, la almohada fina.. madre mía, no voy a poder dormir nada..... menos mal que las chicas se portaron bien, se durmieron en seguida, pobres criaturas... mis ronquidos debieron ser estruendosos y ellas estaban agotadas.
sábado, 13 de febrero de 2010
Convulsión
sábado, 6 de febrero de 2010
En la pelu
No recuerdo muy bien que pasó el día que recuerdo por primera vez. Todos tenemos una imagen de nuestros primeros momentos en la vida, quizá un momento concreto que nos relató algún familiar, quizá al mirar una foto.
Tengo recuerdos vagos, momentos que me asaltan, y me gustaría que no se desvanecieran, pero es posible que si pasa el tiempo no recuerde e incluso los desvirtue, así que he decidido relatarlo aquí en mi blog.
Estos recuerdos los alternaré con las vivencias o impresiones que tenga en la actualidad, como ayer mismo, en la peluquería. ¿Os habéis dado cuenta de que a veces ponemos caras tan rara y tan desfavorecedoras que ni nos damos cuenta?
Pues si, ponemos caras y vaya caretos!.
Cuando entras en la peluquería, una vez al mes, en mi caso por necesidad imperiosa de ocultar esos pelos blancos tan antiestéticos y que un día tu chico, que es más alto que tu, te pregunta... ¿cuando vas a la peluquería?, pues i, me tocó ayer.
El rito es el mismo siempre, dices tu nombre, te preparan la mezcla de color, te sientas, coges alguna revista de cotilleos... la hojeas, la miras y cuando nunca habías pensando que te quedarías ensimismada y concentrada en un articulo sobre el paseo por la playa de la última conquista de un conde... levantas lentamente la vista de la revista, fijas tus ojos en la imagen que tienes en frente y deseas morir o mejor, desaparecer en ese mismo instante.
La imagen no puede ser mas horrible, tus pelos de punta, con un color entre marron, gris y textura pastosa, tu cara iluminada por los halógenos del techo, que crean una sombras especialmente duras debajo de tus ojos... y para terminar, tu boca, esa boca que por no se que influjo se ha transformado en una succión del labio superior sobre el inferior y que el resultado es escalofriante.
No se si alguna vez os ha pasado, pero desde luego a mi me impactó de tal manera que nunca mas me dejaré llevar por el éxtasis marujil y relajo a lo maduro que por un instante me sometió.
en fin.. tribulaciones de un día de pelu corriente.